¿Para que si estoy contigo?

Le das vueltas una y otra vez, sin saber qué hacer, siempre con el mismo pensamiento en la cabeza. La gente te dice una cosa, tú piensas otra. Son tantas las tardes que pasas mirando al reloj, viendo como pasan las horas y sin hacer nada, solo rayarte la cabeza, aunque al final sabes perfectamente que la decisión que escojas va a ser mala de todas formas.Y aunque la gente lo vea como una tontería, tú piensas que es el peor problema en el que te has metido. 
Si te paras a pensar en ello seriamente, al final de todo se resume en un único, y profundo, pensamiento: ¿para qué preocuparse?